Ante el titular del Ejecutivo Federal, Enrique Peña Nieto, el presidente de la Mesa Directiva, Miguel Barbosa Huerta, entregó al escritor el galardón y el diploma que lo acredita como miembro de la Orden Mexicana de esta presea.
A la sesión solemne, que tuvo lugar en la antigua sede de la Cámara de Senadores, en Xicoténcatl, número 9, asistieron el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Alberto Pérez Dayán; el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Tomás Torres Mercado; el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello; y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa.
En su discurso, Zepeda Ramos aseguró que la falta de solidez y de legalidad en la actuación del Poder Ejecutivo de algunos estados ha desembocado en la corrupción de las policías locales y su cooptación por parte de la delincuencia organizada.
Esto, dijo, “ha provocado una estela de crímenes y asesinatos. Los delincuentes se han repartido el país y cuando entran en contradicción la guerra, la crueldad se acrecienta y lacera a las comunidades”. Nuestras fuerzas armadas --las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina--, agregó, honrosamente han ocupado los puestos de combate que debía de ejercer la Policía Federal y estatal.
Afirmó que esto desató una crisis social que la sociedad rechaza y padece y las manifestaciones de protesta han ido creciendo en violencia: “Es dolorosa e inaceptable la desaparición de los jóvenes normalistas, pero hay que reconocer también que el gobierno ha desplegado una enorme fuerza de búsqueda y de investigación, sin límite de esfuerzos de todo tipo”.
Por grande que sea el dolor, destacó el poeta, el crimen no se combate con más crimen y “la arbitrariedad, la violencia, la destrucción de instituciones y propiedades de particulares, así como el acoso de los trabajadores de la ley, al grado de poner en peligro su propia integridad, es inaceptable”.
En este contexto, continuó Eraclio Zepeda, lo que nos queda es fortalecer la lucha contra la corrupción, contra el crimen, contra la violencia.
A todo el Poder Ejecutivo, con el señor Presidente a la cabeza, “exigimos transparencia en sus decisiones; oídos atentos a la opinión popular; protección a la convivencia nacional; combate a la ilegalidad y la corrupción, en todos los niveles; así como respeto a los derechos humanos.
Las mismas actitudes, agregó, esperamos de todas las agrupaciones partidarias y si los ciudadanos que buscamos el orden, la paz y la justicia coincidimos con acciones del Gobierno, también hay que manifestarlo.
Dijo que en tiempos violentos, Belisario Domínguez eligió en primera instancia la denuncia en la tribuna, la discusión y la palabra; ese es el camino: fortalecer las leyes de la democracia, exigir su cumplimiento.
En su discurso, Zepeda Ramos aseguró que la falta de solidez y de legalidad en la actuación del Poder Ejecutivo de algunos estados ha desembocado en la corrupción de las policías locales y su cooptación por parte de la delincuencia organizada.
Esto, dijo, “ha provocado una estela de crímenes y asesinatos. Los delincuentes se han repartido el país y cuando entran en contradicción la guerra, la crueldad se acrecienta y lacera a las comunidades”. Nuestras fuerzas armadas --las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina--, agregó, honrosamente han ocupado los puestos de combate que debía de ejercer la Policía Federal y estatal.
Afirmó que esto desató una crisis social que la sociedad rechaza y padece y las manifestaciones de protesta han ido creciendo en violencia: “Es dolorosa e inaceptable la desaparición de los jóvenes normalistas, pero hay que reconocer también que el gobierno ha desplegado una enorme fuerza de búsqueda y de investigación, sin límite de esfuerzos de todo tipo”.
Por grande que sea el dolor, destacó el poeta, el crimen no se combate con más crimen y “la arbitrariedad, la violencia, la destrucción de instituciones y propiedades de particulares, así como el acoso de los trabajadores de la ley, al grado de poner en peligro su propia integridad, es inaceptable”.
En este contexto, continuó Eraclio Zepeda, lo que nos queda es fortalecer la lucha contra la corrupción, contra el crimen, contra la violencia.
A todo el Poder Ejecutivo, con el señor Presidente a la cabeza, “exigimos transparencia en sus decisiones; oídos atentos a la opinión popular; protección a la convivencia nacional; combate a la ilegalidad y la corrupción, en todos los niveles; así como respeto a los derechos humanos.
Las mismas actitudes, agregó, esperamos de todas las agrupaciones partidarias y si los ciudadanos que buscamos el orden, la paz y la justicia coincidimos con acciones del Gobierno, también hay que manifestarlo.
Dijo que en tiempos violentos, Belisario Domínguez eligió en primera instancia la denuncia en la tribuna, la discusión y la palabra; ese es el camino: fortalecer las leyes de la democracia, exigir su cumplimiento.
Por: yelo
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